Publicado por: Paúl Miguel Ortega González, en Nov 04, 2020
Investigadores de la Universidad Técnica de Múnich creen que los tatuajes tienen el potencial de funcionar como biosensores que registran en tiempo real variaciones en los niveles de diversas sustancias metabólicas del cuerpo humano, y representan esa información de forma visual cambiando de color.
La idea no es nueva: en 2016 el proyecto Dermal Abyss del MIT Media Lab exploró este tipo biointerfaces que usan la superficie del cuerpo para transmitir información visual.
En el futuro los biotatuajes que cambian de color dependiendo del nivel de glucosa "ofrecerán a los diabéticos una forma indolora de reconocer cuándo necesitan inyectarse insulina."
Además los biotatuajes también tienen el potencial de "monitorizar otras variables biológicas asociadas a diagnósticos médicos y de codificar datos en el cuerpo," explican.
Los investigadores experimentaron con cuatro biosensores que reaccionan a tres datos bioquímicos en los fluidos corporales. El aumento en los niveles de glucosa se traducen en un cambio en el tatuaje de celeste a marrón; el verde es señal del incremento del sodio; mientras que los cambios en el pH se evidencian con modificaciones que van del violeta al rosa (desarrollaron también un segundo sensor de fluorescencia).
“Crea un acceso directo y refleja los procesos metabólicos en la forma de un tatuaje”, sostienen los los creadores de DermalAbyss, que sostienen que podría ser útil para enfermedades que requieren constantes automonitoreos. Las personas con diabetes cuyo tratamiento requiere la aplicación de insulina deben pincharse para controlar sus valores de glucosa en sangre en diferentes momentos, todos los días. “Nos imaginamos un futuro en el que el procedimiento doloroso se sustituya por un tatuaje que, mediante un cambio de color muestre las variaciones en los valores de glucosa”, sostienen los investigadores.
Los cambios en parámetros corporales se traducen en variaciones de color. (Xin LIU, Katia Vega)
No obstante, por el momento se trata de un proyecto experimental que fue probado en trozos de piel de cerdo y no hay planes para desarrollarlo en breve debido a que los biosensores actuales todavía tienen limitaciones que se deben abordar antes de la implantación.